miércoles, 2 de abril de 2008

Las zapatillas rojas.

Había una vez una pobre huerfanita que no tenía zapatos.
Pero siempre, recogía los trapos sucios que encontraba y, con el tiempo, se cosió un par de zapatillas rojas.
Aunque eran muy toscas, a ella le gustaban.
La hacían sentir rica a pesar de que se pasaba los días recogiendo algo que comer en los bosques llenos de espinos hasta bien entrado el anochecer….
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